martes, 17 de febrero de 2015

SPITZ

Los perros tipo Spitz se caracterizan por ser lupoides (perros con cabeza en forma de pirámide horizontal, hocico alargado y generalmente angosto con labios cerrados sin que el superior supere la base del inferior) con las orejas de pequeño tamaño y terminadas en punta. El hocico generalmente también es puntiagudo (su ancho va disminuyendo desde su inserción en el cráneo hasta la punta), la cola es peluda con forma de “cepillo” y por lo general la llevan enroscada sobre el lomo.
La palabra spitz en idioma alemán quiere decir “en punta”
Si bien se desconocen los orígenes exactos se sabe que estos perros son descendientes directos del C. F. Palustris y que muchas razas de las que hoy conocemos se originaron en las regiones árticas.
Los perros acompañaron las migraciones humanas desde el ártico a otras regiones más templadas, y estos perros se convirtieron en los antepasados de los Spitz europeos y asiáticos. 
Con la cría selectiva los perros de tipo spitz han desarrollado claramente tres tareas muy diferentes: Pastores, de caza (de rastro principalmente) y para tiro de trineos. Algunas de estas razas también han desarrollado como función zootécnica secundaria ser perros de guardia.
Muchos autores sugieren que algunas razas como el Alaskan malamute entre otras procederían de cruzas entre spitz y lobos salvajes.
Los Spitz están bien adaptados a la vida en climas de fríos extremos. Tienen a menudo un subpelo impermeable y denso que los ayuda a “atrapar calor”. Las orejas pequeñas ayudan a reducir el riesgo de congelación y evitan una excesiva pérdida de calor y las almohadillas plantares tienen una piel muy gruesa para proteger a los perros del hielo. Muchos Spitz conservan características del lobo tales como independencia, y agresión excesiva hacia seres humanos u otros animales que no le sean familiares y pueden por lo tanto requerir una educación firme y adecuada para que alcancen un grado de sociabilidad que los transforme en adecuados perros de compañía. En cambio otras razas han sido criadas desde hace siglos como perros de compañía y son mucho más fáciles de adaptar a la vida diaria y a las rutinas familiares.
La FCI clasifica a todas las razas de tipo spitz en el grupo V. Dentro de este grupo la FCI clasifica a algunas razas como “Nórdicos”, siendo estos últimos spitz con orígenes en regiones pertenecientes al extremo norte del planeta (Groenlandia, Suecia, Noruega etc).